Dar con una buena idea es cuestión de actitud, de estar atento a lo que ocurre en nuestro entorno, de estar informado a través de la lectura de revistas o prensa especializada, en definitiva, ser inquieto e inconformista con nuestro entorno.
Entre las diferentes maneras de dar con una, importar ideas de éxito de otros países es un clásico para emprender. Cuántas veces, durante nuestras vacaciones o viajes de negocios, nos hemos preguntado ¿por qué no estará esta idea en España?
Seguro que funcionaría..., así lo pensó Leopoldo Fernández Pujals, fundador de Telepizza, al desarrollar su cadena con envío a domicilio, forma de distribución muy extendida en New York y que él conoció cuando trabajo de comercial en una multinacional. Lo único que hizo fue adaptar el producto al gusto local y explotar el negocio de manera muy similar a como se hacía en EEUU.
Hoy en día, debido a la globalización, cada vez son más similares los gustos y preferencias de los clientes, por lo que ideas que triunfan en otros mercados tienen altas probabilidades de triunfar fuera de estos, realizando los convenientes ajustes al nuevo entorno. Sin embargo, se han identificado también una serie de errores muy comunes a la hora de importar una idea de negocio.
Sin duda, el más cometido es dar por hecho las cosas: “como en invierno hace frío, en Madrid no se come helado...”. Entonces, ¿porque en New York en enero se consume siete veces más helado que en Madrid, si hace cinco veces más frío? Pues simplemente porque en Madrid el consumidor ve el helado como un refresco y en New York como un postre.
Se trata sólo de posicionamiento de producto. Este error, pero a la inversa, es el más habitual, dar por hecho que como funciona allí lo hará aquí, y no señores, las cosas no son tan fáciles. Es necesario dedicar tiempo a comprobar si realmente es así o es necesario hacer adaptaciones para que el producto funcione.
Es imprescindible un plan de negocio. Importar ideas es un clásico.
Primero porque es sencillo dar con la idea. Las ideas están en la calle, a la vista de todos, por lo que cualquier persona con inquietud emprendedora y actitud observadora puede dar con ella.
Segundo porque es estimulante. Ver que algo está ya funcionando con éxito parece que reduce la aversión al riesgo.
Tercero, porque se cuenta o se puede contar con el apoyo y la experiencia de quien lo inició, evitando así cometer los habituales errores que se dan al iniciar un negocio, ahorrando recursos desde el principio.
Muchos de los grandes negocios de mañana en España, están funcionando ya en su país de origen… ¿quien será el primero en traerlo?
Por Alvaro Sancho González-Mesones
Director Catedra Fomento del espíritu emprendedor
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